• (n) fuerte inclinación hacia los sentimientos, alguien que tiene la capacidad de percibir

    Maldito poeta



    Aunque tu no lo sepas
    vivo entre la realidad y el sueño,
    en el vértigo exacto de un triángulo
    que acaba en tus brazos.


    Vivo en un pecho con pulmones que respiran tristeza,
    en una boca que se fuma mis palabras
    y unos oídos que escuchan despedidas
    pero hacen creer al más optimista de los poetas
    que aún existe un último verso,
    que acaba en beso
    y une dos bocas
    en el mismo instante
    donde cada una de las letras
    de la palabra Adiós
    se hacen aire
    y se desvanecen en una inhalación profunda.
    Pero al volver a respirar
    el corazón arrastra latidos
    hacía el ayer o el pasado,
    hacía el recuerdo o la nostalgia.
    Nunca hacía delante o al presente.


    Y entonces veo pasar
    las cuatro estaciones detrás de tu espalda.
    En una imagen imperfecta
    que tiene más de invierno
    que de flores de primavera.
    Un cuadro donde,
    una margarita,
    con su último pétalo,
    me desafía.
    "Aquí y ahora,
    arráncame lo poco que me queda
    y descubre la respuesta
    a eso que no quieres preguntar"


    Maldita seas tu,
    la margarita desnuda
    y el color diciembre que vistes.


    Se ha acabado el año.
    Se ha acabado el daño.


    Tus pupilas se dilatan,
    siguiendo el mismo compás que las mías.
    Por primera vez sonrío contigo
    porque, por primera vez,
    llevamos el mismo ritmo
    y no nos pisamos los pies.


    Nos permitimos caminar hacia mañana,
    pasar la hoja de un calendario atrapado.
    Al final las únicas valientes de esta historia
    son las lágrimas que se lanzan al vacío
    para dibujar puntos y finales
    a todos los versos que este maldito poeta
    se empeña en escribir.

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